La Habana, 17 de septiembre de 2025. – La combinación de apagones masivos, descontento social y una profunda crisis económica está golpeando de lleno al turismo en Cuba, uno de los pilares financieros de la isla. Las recientes interrupciones eléctricas –cinco apagones nacionales en menos de un año– han generado nuevas protestas en Cuba y un creciente deterioro de la imagen del país como destino turístico.
En localidades como Gibara, en la provincia de Holguín, decenas de residentes salieron a las calles el 13 de septiembre exigiendo “¡pongan la corriente!”, mientras expresaban su malestar contra el presidente Miguel Díaz-Canel. Según reportes de medios independientes, al menos siete personas fueron detenidas. La prensa estatal, en cambio, minimizó el hecho presentándolo como un gesto “respetuoso” de inconformidad ante la “compleja situación energética”.
Caída récord del turismo en Cuba
Datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) confirman que el turismo internacional en Cuba se desplomó un 25 % en el primer semestre del año, con descensos más pronunciados en mercados clave como Rusia, que reportó una reducción superior al 40 %. De los 4.7 millones de visitantes recibidos en 2018, este año se espera apenas unos 2 millones, una cifra que evidencia el impacto directo de la crisis energética y de infraestructura sobre el sector hotelero.
Aunque los grandes hoteles suelen operar con generadores propios, muchos viajeros han denunciado en foros de viajes la falta de iluminación en La Habana y deficiencias en higiene y servicios básicos, incluso en establecimientos catalogados con cinco estrellas.
Causas estructurales y falta de inversión
Mientras el gobierno responsabiliza al embargo estadounidense, expertos independientes apuntan a la crisis energética cubana como resultado de décadas de falta de mantenimiento e inversión en la red eléctrica estatal. La salida de la barcaza turca “Suheyla Sultan” —una de las principales plantas eléctricas flotantes— en agosto pasado, supuestamente por impagos, ha agravado aún más la situación.
Se estima que Cuba necesitaría cerca de 9.000 millones de dólares en inversiones extranjeras para modernizar su sistema eléctrico, pero su historial de deudas y la ausencia de apertura al capital privado desincentivan a potenciales inversionistas.
Un modelo económico bajo presión
Economistas y analistas internacionales coinciden en que la isla podría revertir la crisis si liberalizara su economía, siguiendo ejemplos como el de Vietnam, que ha atraído capital privado y reducido drásticamente la pobreza pese a mantener un sistema político comunista. Sin embargo, las autoridades cubanas temen que las reformas económicas generen mayores demandas de libertades políticas.
Mientras no se adopten cambios estructurales, los apagones en Cuba y la fuga de turistas seguirán profundizando el colapso económico y social de la isla.