Assata Shakur, la activista afroestadounidense que obtuvo asilo político en Cuba tras escapar de una prisión en 1979, falleció a los 78 años, confirmaron este viernes su hija y el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla.
Shakur, cuyo nombre de nacimiento era Joanne Deborah Chesimard, fue integrante de los Panteras Negras y del Ejército de Liberación Negra en Estados Unidos. En 1977 fue condenada a cadena perpetua por el asesinato del policía estatal de Nueva Jersey Werner Foerster, ocurrido en 1973 durante un control de tránsito. Ella siempre sostuvo que era inocente y que no disparó ningún arma.
Tras su fuga de prisión, reapareció en La Habana en 1984, donde el gobierno de Fidel Castro le concedió refugio. Washington la incluyó en la lista de “terroristas más buscados” del FBI, mientras que para el oficialismo cubano se convirtió en un símbolo de resistencia frente al racismo y el capitalismo estadounidense.
En un comunicado, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, y el jefe de la Policía Estatal, Patrick Callahan, lamentaron que Shakur “nunca fuera llevada a la justicia”. En contraste, activistas de derechos civiles en EE.UU. y organizaciones vinculadas al movimiento Black Lives Matter recordaron sus escritos como una inspiración para las luchas contemporáneas contra la discriminación racial.
Su hija, Kakuya Shakur, confirmó que la muerte ocurrió el jueves en La Habana, a causa de problemas de salud relacionados con la edad.